09 octubre 2007

PARA ENTENDER EL PRESUPUESTO DE CULTURA 2008

                                 

Escribo antes de que el presupuesto sea analizado en la respectiva Comisión del Parlamento, por tanto, las cifras públicas que tengo a la vista reflejan patentemente la voluntad del gobierno de la Presidenta Bachelet respecto del desarrollo cultural y los recursos que quisiera que el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes dispusiera para ello durante el año 2008.

En primer lugar, destaca que globalmente este presupuesto para cultura es un tercio superior al del 2007 –que alcanzó a $31 mil 752 millones-, primer año que Bachelet determinó un Presupuesto Nacional. Además de ello, los $42 mil 349 millones resultantes de lo propuesto para 2008, son bastante más que los $22 mil 728 millones del último presupuesto del gobierno Lagos (2006). Donde aparecen las diferencias es en la distribución de los recursos: mientras Lagos tendía a equiparar las cifras destinadas a los fondos concursables de diverso tipo con los fondos de asignación directa del servicio público, Bachelet establece una tendencia mediante la cuál los fondos concursables, al crecer menos del 33% general (19,2%), terminan por constituir menos del 50% del total de los recursos.

Ello ocurre porque en los presupuestos 2007 y 2008, consideran fuertes sumas para programas específicos de acceso y participación como por ejemplo “Okupa, tiempo y espacio creativo en mi liceo” (93% de aumento en 2008 respecto de 2007) y “Creando Chile en mi barrio” (164% de aumento del 2007 al 2008).

Otro programa que crece, aunque tiene características diferentes, es el Plan de Infraestructura en ciudades de más de 50 mil habitantes, que prácticamente se duplica: de $ 2.070 millones en 2007 a $ 4.168 millones en 2008.

Si analizamos este Presupuesto 2008 desde el punto de vista de los grandes pilares del modelo de desarrollo cultural chileno, surge con gran fuerza, tal como lo estableció Lagos en su momento, la infraestructura cultural que, considerando lo asignado al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes más una partida semejante en la DIBAM ($ 4.781 millones) para construir Bibliotecas Públicas alcanza a casi 9 mil millones de pesos, es decir alrededor de un 13% de los presupuestos sumados de la DIBAM y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, provenientes del gobierno central, están destinados a habilitar espacios para la cultura. Si agregamos los recursos que en esta línea agregarán gobiernos regionales y municipios (requisito en el programa del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes) podemos afirmar que finalmente comienza a “pagarse la deuda que Chile tiene con la cultura” en términos de infraestructura, que preclaramente estableció la Comisión Asesora Presidencial en la materia del Presidente Frei Ruiz Tagle, en 1997.

Otro de los pilares del modelo son los Fondos Concursables, los que acusan un crecimiento permanente aunque, tal vez por lo mismo, no tan pronunciado como otros aspectos más deficitarios (Infraestructura, Audiencias y Gestión). Como es lógico, éstos fondos crecen en proporción inversa a su antigüedad: 30% la Música; 25% el Audiovisual; 15% el Libro y 15% el Fondart. Se presume que mientras más establecido está un fondo, más cerca está de satisfacer un porcentaje relevante de las demandas de excelencia de su sector.

La formación de audiencias tiene lo suyo, tanto en el mencionado Programa de Barrios como en algunas de las líneas de Fondart, particularmente aquella llamada Bicentenario. Se presume que, en el detalle, continuarán la transferencia al Programa de Orquestas Juveniles, Balmaceda 1215, las Bibliotecas Públicas y Museo Interactivo Mirador, estos dos últimos a través del Ministerio de Educación. Con signo de interrogación podríamos agregar a este ítem de formación de audiencias los recursos destinados a través de la DIBAM ($2.373 millones) al Maletín Literario, oportunidad que sería una lástima dejar pasar en términos de formación de neolectores dado que es casi el 50% que la misma DIBAM destinaría a construir bibliotecas…

La gestión cultural, el pilar menos lucido pero indispensable a la hora de articular el modelo, tiene una novedad en el Programa de Apoyo al Desarrollo del Planes de Gestión de Centros Culturales que debiera estar estrechamente vinculado al Programa de Infraestructura. Adicionalmente, debiera mantenerse el programa de Diplomado Virtual dictado con la OEI y la Universidad de Chile que apunta a formar gestores en las regiones más apartadas.

Por otro lado, en el aspecto que llamamos uno de los dos “ejes” de la acción de la Ministra Paulina Urrutia (ver este blog Textos Originales, agosto 2007) como es la creación del Instituto del Patrimonio, tambien se destinan recursos para avanzar durante 2008.

En definitiva, un presupuesto coherente tanto con el pasado del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes como con lo avanzado en el tema en los gobiernos pre Consejo (Aylwin, Frei y la primera mitad de Lagos) y sobre todo, dentro de las líneas gruesas marcadas por la “Política Nacional de Cultura 2005-2010” fijadas por el Directorio Nacional que el 31 de diciembre culmina su mandato. Este presupuesto además convive armoniosamente con las prioridades determinadas por el Programa de Gobierno de Michelle Bachelet. Lo que no es poco.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario